miércoles, 27 de mayo de 2015

Semana 2: Competencias laborales del profesional del futuro.


El mundo va evolucionando conforme pasa el tiempo en todos los aspectos y el campo laboral no es la excepción. Empresas, industrias, instituciones y organismos de diversa índole necesitan contar con personal capacitado para alcanzar sus metas. Cheng (2007), Gardner (2005), Levy y Murnane (2007) hablan sobre las habilidades con las que se debe contar para sobresalir en nuestro respectivo campo de trabajo.

            Las competencias laborales que deben poseer los futuros profesionales según estos cuatro autores son:

§  Capacidad para la toma de decisiones, solución de problemas y pensamiento crítico.
§  Relación positiva con compañeros de trabajo.
§  Compromiso con el aprendizaje laboral.
§  Trabajo en equipo.
§  Capacidad de socialización y establecimiento de contactos.
§  Integración.
§  Flexibilidad en el tratamiento de diferencias personales y conflictos.
§  Pensamiento especializado (resolución de problemas poco comunes).
§  Interacción con compañeros.

En mi práctica docente, estas características son primordiales para el buen desarrollo de mi labor. No sólo las tomo en cuenta al trabajar con los alumnos, también cuando tengo que desempeñar actividades con los compañeros docentes y administrativos, ya que trabajando en equipo se obtienen mejores resultados. Por ejemplo: en la elaboración de exámenes departamentales, donde los docentes que impartimos la misma materia nos tenemos que poner de acuerdo para establecer los reactivos que aparecerán en las pruebas de evaluación. Como ejemplo del compromiso con el aprendizaje laboral, puedo mencionar las actualizaciones docentes a las que acudimos los trabajadores del sistema educativo.

Este tipo de capacitaciones nos permiten conocer y utilizar nuevas herramientas para la mejora de nuestras estrategias de aprendizaje. No sólo se trata de poner en práctica las competencias anteriormente mencionadas para beneficio personal, sino de que los estudiantes se percaten del ejemplo que el docente les transmite a través de dichas acciones. La observación también es un medio de aprendizaje.

Es importante mencionar que también existen puntos débiles en todo este asunto. En ocasiones es difícil contar con profesionales que se sientan realmente comprometidos con su organización y muestren lealtad. Los cambios en la estructura del lugar de trabajo pueden afectar y confundir a los trabajadores, ya que es muy común que se pierda la identidad ocupacional; a veces no queda claramente establecido el rol que se tiene en la empresa, lo cual puede provocar que el profesional no logre especializarse en lo que realmente le compete hacer.

     En la actualidad, los profesionales necesitan demostrar sus capacidades para sobresalir en el mundo laboral, no sólo por la competencia que existe entre sus pares, sino también por el avance tecnológico que ha hecho que muchas de las actividades que antes solían ser realizadas por las manos del hombre, ahora sean reemplazadas por sistemas tecnológicos e innovadores que cubren esas necesidades. Debemos recordar la importancia de ser competentes en nuestros campos para el logro óptimo de nuestros objetivos.   


Fuentes:

Cheng, K. (2007). The Postindustrial Workplace and Challenges to Education. En       Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning in the global era: International          perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA: University of        California Press.

Gardner, H. (2005). Las cinco mentes del futuro: Un ensayo educativo. México:              Paidos.

Levy, F. y Murnane, R. (2007). How computerized work and globalization shape            human skill demands. En Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning in the global era:            International perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA:      University of California Press. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Semana 1: Aprender y educar.

APRENDER Y EDUCAR

La educación es un concepto que no tiene por qué ser difícil de comprender. En los siguientes párrafos expreso mi manera de ver este término de una forma un poco diferente. Tal vez no sea la definición propia que encontraríamos en el diccionario o la que nos diría nuestro profesor preferido, sino una apreciación que me resulta un tanto simple y al mismo tiempo llena de detalles.

A través de los años he ido modificando mi concepto de educación. Antes creía que era sólo lo que uno va a aprender a la escuela o lo que nos enseñan nuestros padres en casa, pero hoy sé que va mucho más allá de eso. Hoy puedo visualizar la educación como un viaje que hemos hecho a lo largo de nuestra vida y que nos permite gozar de innumerables experiencias, mismas que nos permiten ir tomando fotografías e ir comprando souvenirs, mientras hacemos nuestro el sentimiento y el significado que representan.

Lo que sentimos al ir haciendo este viaje, es lo que para mí representa aprender. Vamos aprendiendo tanto de lo bueno, como de lo malo. A veces no es suficiente lo que los demás nos puedan decir sobre el lugar que vamos a conocer, pues no es sino hasta que estamos ahí que realmente entendemos el significado de lo que alguna vez para nosotros fue desconocido. Sin embargo, aún conociendo ciertos lugares, algunos de ellos nos invitan a regresar, a seguir aprendiendo, a tomar fotografías quizá desde otra perspectiva.

¿Y qué hacemos con esas fotografías y souvenirs que tenemos ahora con nosotros? ¿Los guardamos bajo llave para que nadie los vea? No. Los mostramos a nuestra familia, amigos, compartimos con ellos la experiencia que fue para nosotros el vivir nuevos acontecimientos y les transmitimos el significado que nosotros le hemos dado a todos esos nuevos aprendizajes, para que eso les pueda servir a ellos cuando tengan la oportunidad de vivir la experiencia. Eso es lo que de cierta manera representa para mí educar. Compartir nuestro aprendizaje adquirido en nuestras experiencias.

Todos los días emprendemos un nuevo viaje, en nuestra casa, en el trabajo o en el aula con nuestros alumnos. Nuestro rol como docentes no significa que seamos nosotros los que tengamos que educar y sean nuestros alumnos los que tengan que aprender. Por fortuna, este es un camino de doble sentido, pues educando se aprende y aprendiendo se educa.


Palmira Márquez Espericueta.